Los tanques de almacenamiento de agua potable se deben limpiar con periodicidad mínimo dos veces por año y control de calidad cada dos meses para garantizar que el agua almacenada no se contamine por suciedad.

El acceso para su inspección y posterior lavado debe ser adecuado evitando riesgos para los técnicos. La tapa del tanque debe estar en correcto estado para evitar la entrada de partículas exteriores que altere la calidad del agua y aumente la proliferación de microorganismos que resultan perjudiciales para la salud de las personas.

Para la limpieza o lavado del tanque se debe dejar una cantidad pequeña de agua que permita lavar el fondo, las paredes internas y la tapa del tanque.

Se realiza muestreo de agua del tanque pre y post para sus respectivos Análisis Físico Químico y Micro biológico que garanticen la buena condición del agua para su consumo y uso. Estos análisis se hacen a través de laboratorios certificados por el IDEAM

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